viernes, 16 de septiembre de 2011

BALONMANO EN COLOR SEPIA VII



 Siguiendo con mis cosas, también me apetece contar, que tras acabar el bachillerato en Sto. Tomas de Aquino (recuerdo que hablamos de los años sesenta del siglo pasado, “ que mal me suena “ ), inicié estudios en la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial ( antes de Peritaje Industrial ). A nivel universitario también se celebraban campeonatos de casi todos los deportes, el tema lo controlaban creo que desde un ente el SEU ( sindicato español universitario representante formal de los valores ideológicos de la época). Para los campeonatos del primer año me inscribí para el equipo de balonmano de mi Escuela de Ingeniería, finalmente me ningunearon y me dejaron fuera del equipo ( nunca me llevé bien con aquellos chicos). Es curioso que acabé jugando el campeonato en el equipo de Rugby, disciplina de la que no tenía ni idea. De aquel episodio acabé muy dolido.

            Aprovecho lo comentado en el párrafo anterior, para recordar algunas cosas de entonces. En todos los cursos universitarios (también en bachillerato) existía una asignatura obligatoria que era Educación física. Para aprobarla había que subir durante el curso a las pistas de la ciudad universitaria ( los martes y los jueves por la tarde ), a desarrollar pruebas deportivas ( normalmente pruebas de atletismo como 1.500, 100 metros, vallas, peso, salto de altura, salto de longitud, etc.), los profesores te iban evaluando, pero para aprobar servía también acumular asistencias. No obstante a los deportistas que estábamos federados nos convalidaban la asignatura, pero para subir nota podíamos ir a unas pruebas finales de evaluación y a ellas fui el primer año, Lugo ya no volví. Fui a aquellas pruebas. Como mi ficha de la federación era de balonmano mi examen consistió en tirar penaltys. Tenía que tirar 10 y metí 9 ( el portero era compañero de curso, amigo mío y además muy malo ), la nota fue muy buena.

            En la Universidad de Zaragoza, se concentraban estudiantes de muchos lugares, vascos, catalanes, navarros, etc. Como España tenía conciertos internacionales de estudios para extranjeros también convivíamos con muchos de ellos. Había Colombianos, peruanos, Palestinos, Jordanos, etc. Aquello era como la ONU. Hicimos muchos amigos de aquellos países, la verdad es que nos llevábamos bien. Esto nos permitió organizar torneos y partidos de Aragón contra Cataluña, País Vasco, incluso partidos “internacionales”,  España contra Colombia, Jordania, etc. Estos partidos eran muy disputados. En futbol los sudamericanos eran increíbles, todo clase, pero el balonmano ni lo conocían y les tuvimos que enseñar, los árabes si lo conocían y algunos lo hacían muy bien. Los torneos “ internacionales “ de balonmano siempre los ganábamos los españoles de Zaragoza. Y como resumen, podría pensar que fui unas cuantas veces “internacional”, o no.
            Hablando de competiciones amistosas, también recuerdo los partidos con los CADETES de la Academia General Militar. No se si tengo que matizar, que como cadetes no me refiero a los jugadores de esa edad. Los cadetes eran y creo que se siguen llamando así los alumnos de la Academia General Militar. Como ya he comentado, en algún otro momento, en deporte Helios era un referente y los fines de semana se disfrutaban y pasaban  muy bien en sus instalaciones. Venir a Helios les gustaba mucho a los cadetes y en cuanto podían nos proponían montar partido amistoso para poder bajar a pasar el día a Helios. La verdad es que también ellos quedaban muy bien con sus uniformes y sus equitaciones y por cierto también también tenían mucho éxito entre las “ chavalas”. Hay que decir que en la Academia G.M. inscribían equipos en las competiciones regionales, aquellos equipos los inscribían con el nombre de ARMAS. El Armas de balonmano de aquella temporada estaba formado por un grupo de aguerridos con poco fundamento de balonmano, pero tenían una forma física increíble  y los partidos con ellos eran muy exigentes. Recuerdo una carrera al contraataque, de un jugador del Armas, con tal ímpetu llegó a nuestra área y como no freno, se empotró de cabeza contra las gradas de hormigón, y de allí lo llevaron al hospital militar, donde creo que estuvo varias semanas. La competencia física con aquellos amigos cadetes era dura,  recuerdo una visita que les hicimos en la que, antes de jugar el partido, nos llevaron a un pabellón-gimnasio en el que nos “picaron” para hacernos subir, como hacían ellos con mucha facilidad,  a pulso por unas cuerdas que colgaban del techo, yo me animé y comencé mi ascensión. A mitad de la altura me quedé sin fuerzas, me animaban para seguir subiendo pero yo solo quería bajar, traté de hacerlo pero al final me pegue el “batacazo”. Aquello, por suerte, solo acabó, en un esguince que me privó de unos cuantos partidos con el consiguiente cabreo de mi entrenador y el consiguiente cachondeo de los compañeros. En fin como veis sufrí la típica lesión de balonmano.
            En fin aquí lo dejo de momento ( por si os apetece seguir leyendo estas historia otro día).

                                                                            Buen Balonmano y Buena Suerte


Fdo: Handval.