El Cónsul de Saguntum El término cónsul se refería en Roma a la dignidad otorgada a un ciudadano por sus méritos, honestidad, en reconocimiento público a su trayectoria.
Quizá no existiera ningún cónsul
saguntino en la Roma antigua, pero sí hay un saguntino en Zaragoza que por sus
méritos, honestidad y reconocimiento público en su trayectoria profesional
siempre será recordado con gratitud, admiración y respeto.
Sergio Ruiz Casanova siempre será
nuestro cónsul, la persona y el jugador que se ha hecho merecedor de nuestra
gratitud, admiración y respeto.
Cuando Sergio llegó sin hacer
ruido hace unos años, casi nadie sabía nada de él. Sólo al
descubrir su trayectoria en la
admirada Alemania balonmanística, se empezó a pensar que aquel podría ser un
jugador valioso, aunque aún no se le hubiera visto jugar.
No tardamos nada en comprobar que
su valía era real y que más allá de su valor como jugador estaba su carácter,
en su doble acepción. Por un lado la de profesional luchador, valiente, aguerrido
y con capacidad de liderazgo y, por otro, la de persona de buen carácter que se
hace querer y respetar por sus valores humanos.
Recién llegado de Alemania, el
apelativo del Káiser enseguida hizo
fortuna. Aunque es
ciertamente apropiado, no debemos
olvidar que Sergio es saguntino, de esa histórica ciudad ibera con el nombre de
Arse; la romana Saguntum o la árabe Murviedro, hasta que en el siglo XIX
recuperó, españolizado, el antiguo topónimo romano de Sagunto.
La histórica ciudad es bien
conocida por el asedio que sufrió por parte de las tropas de Cartago en su
expedición a la conquista de Roma (aquella legendaria marcha de Aníbal a través
de los Alpes con su manada de elefantes). Aníbal tuvo que acabar usando
considerables recursos para acabar con la heroica resistencia de la ciudad
ibérica, aliada de Roma, lo que daría lugar a la Segunda Guerra Púnica. Tras
años de esfuerzo y luchas y con los cartagineses empantanados en el norte de la
actual, Roma decidió asestar un golpe definitivo al poder de Cartago y para
ello encargó la dirección de la expedición romana en Hispania al aún joven general
Publio Cornelio Escipión, quien acabaría tomando Cartago Nova poniendo fin al dominio
cartaginés, en la península primero y más adelante también en el núcleo
cartaginés del Norte de África acabando así aquella guerra, tras la que Cartago
desapareció de Hispania y nunca más pudo desafiar la hegemonía mediterránea de
Roma, dejando de ser la gran potencia que fue.
Publio Cornelio Escipión, llamado
“El Africano” o “El Grande” tras aquellas campañas, por su carácter y por ser
el único general romano capaz de vencer a Aníbal hasta entonces, fue uno de los
grandes generales de la antigüedad y al margen de sus valores castrenses, fue
descrito como “hombre de carácter benévolo, de ideología liberal, afable y
magnánimo”. Por sus méritos fue recibido, recordado y nombrado Cónsul en Roma
con todos los honores. ¿No evoca esta historia, cambiando lo debido, la figura
y trayectoria de nuestro jugador? Gratitud, admiración y respeto para nuestro
Káiser y Cónsul de Sagunto en nuestra inmortal Cesaraugusta.
¡Hasta siempre Sergio!
Fdo.- Artillero ferroviario
Balcanista y coordinador de Cheerleaders.