Seguramente, y gracias al balonmano, muchas personas ya saben que existe una ciudad que se llama Banja Luka (pronúnciese “Bania Luka” y léase en alfabeto cirílico Бања Лука). Los más curiosos también sabrán que es la segunda ciudad de Bosnia-Herzegovina, capital de la República Srpska (léase “Serpska), una de las dos entidades –junto a la Federación Bosnio-Croata- que componen Bosnia-Herzegovina desde 1995, tras la guerra y ruptura del país y de la antigua Yugoslavia y, dentro de la entidad serbia de Bosnia, la capital de una de sus siete regiones, llamada también Banja Luka.
Mapa de la actual Bosnia-Herzegovina con sus dos entidades
Lo prometido es deuda y para los que tengan más interés habrá un artículo más adelante en el que se ahondará en la historia, sobre todo la más reciente, de la traumatizada Bosnia y del lugar que en esa historia ocupa Banja Luka. Pero por ahora puede ser interesante empezar por ubicar esta ciudad y plantear algunas opciones viajeras para los que quieran y, sobre todo puedan, acompañar a nuestro equipo, lo que no será fácil.
Mirando un mapa se puede comprobar que la ciudad serbo-bosnia es casi centroeuropea; bien situada y próxima a capitales de referencia como Sarajevo y Zagreb, ambas a apenas 140 kilómetros; a menos de 250 de la capital serbia, Belgrado; a poco más de 300 de Budapest y 160 de Split y la costa adriática. A pesar de ello y como legado envenenado de la guerra y la ruptura de la antigua Yugoslavia, las distancias no son una buena referencia en aquellos lares y lo que a golpe de vista parecen distancias cómodas o al menos manejables, lo son menos de lo que aparentan y esconden viajes difíciles, cansados y con un número variable de sorpresas e inconvenientes burocráticos o policiales.
Aunque es un viaje apto para viajeros de verdad e incluso para aventureros, tampoco hay que pensar que es como el viaje de Joseph Conrad al corazón del infierno. Bosnia, con innumerables problemas de gran calado va saliendo adelante muy poco a poco. Además, Banja Luka no es un villorrio perdido, sino una histórica ciudad de más de 200.000 habitantes bañada por el Vrbas (léase “Verbas”) un río de 250 kilómetros de longitud, uno de los cinco grandes ríos de Bosnia. Además del Neretva que desagua en el Adriático, el Vrbas ( “sauce”) junto al Una, al Bosna y al Drina desembocan en el Sava, afluente del Danubio y referencia cultural, geográfica e histórica de los Balcanes.
Escudo de Banja Luka. Obsérvese en el centro la figura con las cuatro “ces”, “s” en cirílico. Se trata de la inscripción “Samo Sloga Srbina Spasava”, algo así como “Sólo la unidad salvará a los serbios”. Este lema figura en el escudo serbio y en muchos otros símbolos, escudos, proclamas… que apelan a la unidad de los serbios, incluidos los que no están en la nación serbia propiamente dicha.
Antes de seguir conviene precisar que aunque hasta ahora se haya hablado de Bosnia-Herzegovina como de un país unitario, anticipando parte del contenido del artículo venidero, en realidad Bosnia es poco más que una realidad sobre el papel, una muestra de mala conciencia internacional que se negó a plasmar en el plano administrativo lo que de hecho había sido ratificado por la fuerza de las armas y de la violencia desbocada en esa parte de Europa dejada de la mano de Dios. Bosnia-Herzegovina es un ente, casi un engendro, pálido reflejo de una realidad bien diferente. Y es que, de facto, sobre la antigua Bosnia hay tres o, por lo menos dos “países” diferentes y en buena medida de espaldas: la República Srpska y la Federación Bosnio-Croata (la parte croata sería la tercera pata de este ente, pero eso es harina de otro costal).
Esta realidad un tanto extraña y casi esquizofrénica, puede ilustrarse con nuestro ex jugador y ahora estrella del Borac Banja Luka, este equipo histórico, laureado y guerrillero (es lo que significa Borac). “Kalle” Stojanovic es natural de Backa Palanka (léase “Bachca”), ciudad serbia “balonmanera” como pocas (también habrá un artículo sobre esta localidad y el balonmano), en la frontera entre Serbia y la República Srpska y consecuentemente de fuerte raigambre serbia. Pues bien, “Kalle” que tiene a gala su “serbitud” personal y familiar (nada que objetar, claro) jugó varios años en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina y por ello –supongo- ha llegado a la selección ¡bosnia!. En cualquier folleto la nacionalidad que figura junto a su foto es la bosnia. Seguramente sea porque ello conlleva ventajas deportivas, económicas o del tipo que sea (insisto en que no es una crítica).
No son nada frecuentes los cambios de nacionalidad en esta dirección, serbio que pasa a bosnio, y sí muchísimos de bosnio que pasa a serbio, además de por razones de identificación personal, por el mayor potencial deportivo serbio. Quizá las posibilidades de progresar deportivamente eran mayores para “Kalle” con la selección de Bosnia. Lamentablemente no ha habido ocasión de preguntárselo, pues el jugador, hombre prudente, no es muy amigo de entrar en detalles sobre estos particulares, aunque estoy por asegurar que está lejos de ser un extremista.
Estación de Banja Luka construida por el ejército austro-húngaro a finales del siglo XIX
Dicho esto, ya es hora de hablar de posibilidades viajeras. Para llegar a Banja Luka, dejando al margen la posibilidad de llegar “directamente” en coche, hay que tomar como premisa previa la necesidad de acercarse a ciudades más cercanas desde la que existan comunicaciones directas en tiempos de viaje accesibles. Por supuesto también puede uno acercarse a ciudades como Budapest o Venecia y hacer por carretera un viaje menos penoso. Con esta salvedad, no obstante lo mejor sería llegar a Zurich o Ljubljana, ciudades desde las que hay vuelos directos a Banja Luka o llegar a Sarajevo o Zagreb, las capitales más cercanas a la ciudad serbo-bosnia. No vamos a entrar en como legar a estas ciudades desde España, pero tanto Zurich, como Ljubljana y Zagreb son accesibles vía aérea desde España (e incluso ferroviaria la ciudad helvética). Desde Zurich hay un vuelo trisemanal (1h50) de la compañía serbo-bosnia Air Srpska (http://www.banjaluka-airport.com/) y cuatrisemanal desde la capital eslovena (45’) (www.adria.si).
Una vez situados en Zagreb y Sarajevo (como quien no quiere la cosa) otra opción, mi favorita, por supuesto, es la ferroviaria. Existen dos trenes diarios Zagreb-Sarajevo, vía Banja Luka. Estos trenes, a título de curiosidad bajaban de las cuatro horas entre las dos capitales antes de la guerra, pero ahora son más de nueve las necesarias.
Respecto a Banja Luka, desde la bella estación de Zagreb los dos trenes salen a las 8.53 y 21.24, llegando a la capital serbo-bosnia a las 13.09 y 1.38, respectivamente. Desde Sarajevo a Banja Luka dos salidas a Zagreb a las 8.42 y 21.27 y una más a las 13.53 con destino Bihac (en el pico noroeste de Bosnia). Es decir más de cuatro horas en trenes sólo algo mejores a aquellos que utilizaron los artilleros que viajaron a Dunajvaros, y con “divertidas” paradas fronterizas en Dobrljin (frontera de Croacia y Bosnia) y, viniendo de Sarajevo, en Doboj, “frontera” entre las dos entidades de la fantasmagórica Bosnia-Herzegovina. De regreso, las salidas de Banja Luka a Zagreb son a las 2.21 (excelente hora para los noctámbulos) y 15.49 y a Sarajevo 1.43, 2.18 (¡se cruza con el de Zagreb!) y 13.15.
Aunque los horarios tienden a desanimar al viajero, visto desde el lado positivo es una excelente ocasión para disfrutar de magníficos paisajes y ver la realidad de aquel extraño país a través de su paisanaje. Además otro aliciente, aunque se que la mayoría no se lo plantea, es poder viajar en coches de la antigua Alemania oriental o de la antigua Yugoslavia, con locomotoras suecas y, por supuesto utilizando la infraestructura ferroviaria de la teóricamente unida, Bosnia-Herzegovina, se tendrá oportunidad de conocer no una sino las dos administraciones ferroviarias existentes: la de la República Srpska (www.zrs-rs.com/) y la de la Federación Bosnio-Croata (http://www.zfbh.ba/zfbhenx/index.php/). Todo lo dicho, sin entrar en más detalles de muchas otras delicatessen para paladares amigos de lo ferroviario como el que esto escribe, que para algo es el “Balcanista ferroviario”.
Del autobús, es parecido en tiempos de viaje y frecuencias (más a Zagreb) al ferrocarril, también se atraviesan bellos paisajes (he hecho ese viaje y puedo asegurarlo) pero, como no, ya en situación de estar en Zagreb o Sarajevo, ¿por qué tomar un bus cuando se puede tomar un tren? Si hay alguien que ya ha llegado a esta posibilidad que sepa que me gustaría convencerle de las ventajas objetivas del tren, pero aún así le dejo el enlace de la estación de autobús de Banja Luka: http://autoprevoz.org/engleski/stanica.php.
Y para acabar un pequeño álbum de cromos treneros de esa parte de Europa:
Estación de Banja Luka
FDO.- AMP ( ARTILLERO FERROVIARIO BALCANISTA)
SIGUE ESTE ENLACE PARA VER EL ALBUM COMPLETO http://artilleroferroviariobalcanista.blogspot.com/2011/08/album-de-cromos-treneros-balcanista.html
SIGUE ESTE ENLACE PARA VER EL ALBUM COMPLETO http://artilleroferroviariobalcanista.blogspot.com/2011/08/album-de-cromos-treneros-balcanista.html
TO BE CONTINUED.......................................................
8 comentarios:
PLAS, PLAS, PLAS
Dos palabras AMP: IMPRESIONANTE y GRACIAS por semejante lujo de artículo, de Cátedra.
como siempre AMP nos deja una maravilla, bien, bien
amp
gracias amigos; porque se nota que sois amigos...
Me uno a los aplausos de Don Beno: PLAS, PLAS, PLAS.
AMP, leyendo tu artículo dán ganas de montarse ahora mismo en el tren y llegar la primera para el partido. Felicidades
Que bonito y que bucólico, pero me temo que ese viaje es para tomarselo con calma, no para hacerlo un finde. Pero no hay que negar que la peña está bien informada y tiene buenos cronistas.
He estado mirando cómo realizar éste viaje porque estoy muy interesado y estaba perdidísimo. ¡No tengo palabras más que de agradecimiento!
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